La grabación musical tiene sus orígenes en el siglo XIX. El francés Édouard-Léon Scott de Martinville 1857 patentó el fonoautográfo. Este aparato grababa el sonido en un cristal ahumado, limpiando el humo mediante una cerda de jabalí (pelo) fijada a una membrana que vibraba con el sonido. Curiosamente se sabía que allí estaba grabado el sonido pero no se pudo reproducir hasta hace unos años.
Para ir más allá y convertir la idea básica del fonoautógrafo en un invento práctico hacía falta algo más: ese “algo más”, lo proporcionó el genial Thomas Alva Edison que patentó su fonógrafo (“escritor de sonido”) en 1877. Para grabar un sonido se colocaba una lámina de estaño “en blanco” en un cilindro que giraba con velocidad constante y se hablaba sobre un pequeño “embudo” situado sobre el cilindro, con la aguja unida a la membrana elástica. El concepto básico es parecido al de Martinville, pero con una diferencia esencial: el sistema de Edison producía un surco mecánico en vez de un simple cambio de color. Esto significaba que el fonógrafo no sólo era capaz de grabar sonidos en un soporte físico, sino que podía reproducirlos de nuevo. No había más que volver a recorrer todo el cilindro con la aguja: ésta se movía según el surco del papel de estaño, la membrana vibraba de manera parecida a como lo había hecho al grabar el sonido, y luego se amplificaba la vibración de la membrana mediante, por ejemplo, una trompeta metálica.
El fonógrafo tuvo su época de gloria a principios del siglo XX. Se experimentó con distintos tipos de cilindros, de zinc, cera, celuloide, etc y se diseñaron sistemas para la duplicación de las grabaciones.
Tras la creación de estos rodillos se investigó hasta dar con un soporte mejorado. Hasta mediados de los años cincuenta se editaron cientos de miles de obras en discos de pizarra que abarcarón todos los géneros musicales de la época.
En 1954 aparece el primer disco de Vinilo. Durante estos años comienzan a producirse los primeros discos, también llamados microsurcos. En un corto periodo de tiempo este soporte se convierte en el ideal para la grabación y reproducción musical. Y así, desplazó al disco de pizarra hasta que, prácticamente, desapareció. A principios de los años ochenta entró de forma abrumadora la tecnología digital y el vinilo fue sustituido por el disco compacto.
Las siguientes animaciones representan la evolución que han experimentado los "modernos" soportes de grabación en las tres últimas décadas.Los datos son aproximados y se refieren a EEUU.
Las infografías las han realizado los alumnos de Informática de Cuarto y Bachillerato del curso actual.
Rafael
Luis
Marcos
Natalia
Sofía
Fiamma
Alba
Elisabeth
Cristian
Beatriz
Noelia
Raúl
Celia-Sonia
Mario
